Una sonrisa nunca está de más

domingo, 2 de octubre de 2011

Bienvenidos al espectáculo damas y capullos, tápense los oídos y cierren los ojos. Dicen que en este tablero hay una serie de reglas, pero yo veo que las fichas se mueven como les da la gana.Todo esto va como una cosa loca, sin control. Según alguien que seguramente se dedicaba a ver películas americanas de navidad en las que todo el mundo es bueno, y les pasan cosas buenas y eran felices y comían patos, toda acción tenía una repercusión. Y, no. Esa no es la realidad, la realidad es que las normas no existen, que alguien porque se esfuerce no va a tener siempre su beneficio. Que una persona buena no le van a tener que pasar cosas buenas por obligación, y viceversa. Que no te confundas compañera, que aquí todo vale. No salves el culo de alguien, porque seguramente los demás nunca salven el tuyo; y si lo encuentras no lo dejes escapar, aunque va a ser difícil. Vivimos en un mundo en el que las personas solo piensan en ellos mismos y después en ellos, y más tarde en ellos otra vez; y si luego les da por ahí puede que se preocupen por el perro de la vecina. Porque amor, las reglas no están escritas, pero tú, puedes cambiarlas. Porque si aquí nada es justo yo seré injusta. Si sois unos cabrones, a mí a eso nadie me gana. Si quieren que juguemos jugaremos, pero con las mismas cartas.

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